CONTENIDO LITERAL

("Titán", comentario de Fritz Leiber. Derechos de autor 1979, Fritz Leiber)

Generalmente disfruto leyendo historias que se centran alrededor de un objeto muy grande, preferiblemente en el espacio. Lo bastante grande, digamos, como para que se pueda discernir su forma a simple vista -o con ayuda de unos prismáticos, como mucho- a la distancia de la Luna. Aunque, desde luego, tampoco es cosa de despreciar un edificio de dos o tres millas de altura. Recuerdo cómo me estremecí al leer Last and first men (1), de Stapledon, con rascacielos cuyos pisos superiores tenían que presurizarse... y la visión de la Tierra cubierta por un ralo bosque de esas estructuras, separadas entre sí por distancias sólo un poco más grandes que sus alturas combinadas. Muy refrescante.
Existe un límite superior obvio para el tamaño de tales formas. Demasiado grandes, y su propia gravedad las contraerá, convirtiéndolas en bolas exentas de cualquier característica, diferenciadas sólo por su diámetro. Los planetas extraños son también una elegante idea, pero suelen resultar monótonos. El tamaño de un asteroide es lo que más se aproxima a lo que estoy diciendo: ¿A que todos recordáis los fascinantes trucos que desarrolló Clement en Mission of gravity (2) con un planeta en forma de pera o de huso y una gran velocidad de giro?
Entre las primeras emociones de este tipo que experimenté figuran las de las obras de Heinlein Universe y Common sense (3), aunque no aprecié del todo la gloria geométrica de aquellas naves hasta que no describió de pe a pa una nave hermana más pequeña en Farmer in the sky (4).
Más recientemente se nos ha vuelto a presentar el tema en películas con esas supernaves, como La estrella de Ia muerte de Star wars. Y tengo la impresión, incluso, de que a partir de ese otro poderoso vehículo que se perfila como un Manhattan invertido en Close encounters of the third kind, muchos artistas corrieron a sus tableros de dibujo y, a lo largo del año siguiente, no hicieron otra cosa que diseñar naves madre. Otro navío así es el carguero espacial Nostromo en la nueva película de "primer contacto", estrenada ya con gran éxito, Alien (5). Esta es a las películas lo que Discord in scarlet de Van Vogt fue a las revistas, allá por el comienzo de la década de los cuarenta, cuando esa historia se convirtió en el segundo episodio de The voyage of the space beagle (6).
Cuando entramos en el interior de construcciones del tamaño de Fobos o Eros descubrimos un nuevo mundo completo de fascinación geométrica y dimensional: salas de kilómetros de altura y miriámetros de anchura, interiores tan vastos que pueden admitir sistemas nubosos y tormentas con truenos; viajes en globo y dirigible, el trazado de provincias y lagos... ver en la distancia una vasta torre que se inclina en un ángulo imposible a medida se desvanece entre las nubes, y entonces darse cuenta de que se trata de un puntal en un lugar muy grande... éstos son excelentes efectos de ciencia ficción.
Arthur Clarke los explotó con efectividad en Rendezvous with Rama (7) y ahora John Varley lo ha hecho igualmente bien en Titán, con un hexágono tan grande como un continente que gira en el espacio cerca de Saturno y al que en principio se confunde con una luna todavía no descubierta de ese planeta. Es un vehículo interestelar, por supuesto, que posee una capacidad incorporada de supervivencia adaptable, autorreparación y evolución. La tripulación de una nave exploradora terrestre, compuesta por seis miembros, es recogida involuntariamente por el hexágono y, lo quieran o no, han de explorarlo y comprenderlo: En sus introspecciones, sus visualizaciones del conjunto geométrico de este nuevo mundo y sus coloquios finales con los constructores -en los que se mezclan mitología y ciencia-, Varley encuentra oportunidad para mucha y buena especulación científica y análisis psicológico. En particular, nunca he visto mejor tratado el tema hombre-mujer.
¿Se producirá una riada de estas aventuras de superestructuras? Lo dudo, aunque sólo sea porque son muy difíciles de hacer. Se necesita una mente buena en ingeniería porque con tales superformas uno está trabajando siempre muy cerca de los límites de resistencia de materiales y sistemas dinámicos. Se precisan un estilo, argumento y especulación majestuosos, con una gran forma que domine la narración y la estructura. Con todo y con eso es una tarea gloriosa cuando, como en este caso, se consigue.

Notas:
(1) Last and first men (1930), La última y la primera humanidad (Aguilar, 1931). Famoso clásico, proyección de las sucesivas conquistas de la humanidad, con algunas regresiones a la barbarie, desde 1930 hasta el final de los tiempos, cuando una raza ya muy evolucionada, telepática, se extiende por. todo el sistema solar.
(2) Mission of gravity (1953). El planeta Merklin es gigantesco, pero cumple cada rotación en menos de veinte minutos, lo que hace que un hombre pese tres veces más en su ecuador que en la Tierra y setecientas veces más en los polos. En uno de ellos cae una sonda científica de inestimable valor y los terrestres, que orbitan el planeta, han de recuperarla, ayudados por el capitán nativo Barlennam, un ser de una raza extraña, adaptada a su mundo. Hard SF, desarrollada con lógica minuciosa. Inédito en castellano aunque, siguiendo su lamentable costumbre, EDAF (CF 9) haya publicado su menos interesante continuación Starlight (Estrella brillante).
(3) Universe y Common sense (en revista, 1941) componen la novela Orphans of the sky (1963), Huérfanos del cielo (EDHASA, Nebulae núm. 133, 1967); que es la última publicada de la serie "Historia del Futuro" (se puede ver Emilio Serra, en ND 113). Un viaje a las estrellas, largo por generaciones, a bordo de una nave cuyos pasajeros creen que su navío es el universo entero.
(4) Farmer in the sky (1950; Satellite scout en revista; abreviado). Libro juvenil: un boy scout en la colonización de Ganímedes.
(5) No hay que decir que Star wars es La guerra de las galaxias y Close encounters of the third kind, Encuentros en la tercera fase. Alien se está estrenando ya en España y en ND se ha hecho alguna referencia a ella.
(6) The voyage of the space beagle (1950), Los monstruos del espacio (EDHASA, Nebulae núm. 2,1955), es la novelización de cinco relatos, de los que el segundo es Discord in scarlet (publicado originalmente en 1939). El Beagle, por alusión al barco en que Darwin realizó su célebre viaje, es un navío de exploración galáctica que se encuentra con una larga serie de monstruos estelares (se puede ver J. Sadoul, en Historia de la CF moderna, pág. 124, y otros).
(7) Rendezvous with Rama (1973), Cita con Rama (Emecé, CF 2, 1974; después en Ultramar, Best-Sellers núm. 110 y Bolsillo núm. 31), ganó en su día los premios Hugo, Nebula, Júpiter y Memorial Campbell, entre otros. Es muy conocido, y narra el descubrimiento de un supuesto asteroide, que después se demuestra que es un mundo artificial, y es explorado por la tripulación de la nave espacial Endeavour.