CONTENIDO LITERAL

("Diccionario ilustrado de los monstruos", comentario de Julián Díez. Derechos de autor 1997, Gigamesh)

Ante una obra de esta naturaleza, resulta difícil la recomendación. Vaya por delante la declaración incondicional de que estamos ante una novedad importante, un libro de los que se releen con frecuencia y gusto para encontrar siempre un nuevo dato y una curiosa anécdota que añadir al acervo cultural propio. Sin embargo, no es posible ocultar que su precio (7.500 pesetas) lo convierte en una rareza, un capricho con el que muy pocos podrán regalarse.
Tal vez ése, el de pedirlo como regalo a algún adinerado de esos que todos conocemos pero que tienen cierta tendencia a la roñosería, sea el mejor remedio. Porque quien tenga en su casa este Diccionario tendrá una fuente segura de diversión. Se trata de un bestiario modernizado, una recopilación de enorme empaque sobre todas las creaciones míticas de la imaginación de las diversas fuentes culturales.
Massimo Izzi demuestra una erudición a prueba de bomba y, sobre todo, una capacidad sincrética admirable, ya que la enorme cantidad de monstruos recogidos son repasados, en su mayoría, apenas de un plumazo, abriendo en muchos casos el deseo de una información más completa. La bibliografía final supone, en este sentido, un regalo suplementario con el que profundizar en el tema.
Además, el autor da un paso adelante al incluir entre los monstruos a algunas de las creaciones de la ciencia ficción, como los cyborgs, con el mismo trato que a las criaturas mitológicas. El esfuerzo es bastante de agradecer (impagable el artículo sobre autómatas, con referencias antiquísimas, muchas de ellas absolutamente desconocidas), si bien se eche de menos un tratamiento más directo, ya que Izzi no parece haber tenido inquietud para informarse acerca de los autores del género que han aportado novedades concretas más allá de los clásicos de principios de siglo.
También cabe lamentar la escasez de referencias a monstruos españoles (nada de cuélebres ni decapitados, aunque sí hay por ejemplo trasgus dentro del apartado de los duendes), que podría haber sido remediada tal vez por el editor español. Una pega, en cualquier caso, menor para un volumen de sobresaliente interés.