CONTENIDO LITERAL

("Abominables sucesos de la casa Figueroa [los]", comentario de Alejo Cuervo. Derechos de autor 1996, Gigamesh)

Otra posibilidad es acercarse a los fanzines, que más que una fuente de lectura propiamente dicha, son el reducto de los más apasionados y un mundo propio con el que se puede interactuar si se desea. Así, es posible empezarse un folletito denominado Los abominables sucesos de la casa Figueroa movido por la curiosidad y descubrir que su autor, un tal Julián Díez, no lo hace nada mal.
Los abominables... se desarrolla en el Madrid de mediados del siglo pasado y viene a contar la historia de un romance de aquellos de antaño en el que el objeto del deseo no sólo no es lo que parece, sino que al final sale un poco "chungo". La escritura es ajustada, sin aspavientos, y aunque no se detiene demasiado en recrear la época, la asume sin problemas en el estilo formal del narrador. Sólo se le puede reprochar el papel truculento de los sueños del personaje a lo largo del relato; si bien sirven para romper la atmósfera de normalidad inicial, su intrusión resulta forzada en última instancia. Por lo demás, el relato avanza de forma impecable hacia un final efectista y tiene la nada desdeñable virtud de no irse por las ramas.