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CONTENIDO LITERAL
("En directo del Gólgota", comentario de Susana Vallejo. Derechos de autor 1995, Gigamesh)
Para acabar hablemos de un engendro, un libro quiero decir, de esos que ni aporta nada ni sugiere nada, ni nada de nada. Para colmo se supone que es ingenioso y cómico... Como esos tipos que sueltan una parida como diciéndote: "Hey, ¿a que ha sido gracioso?" Y resulta ser la tontería más grande del universo.
Este engendro lo ha publicado Anaya & Mari Muchnik Editores y es, ¡tachán!, En directo del Gólgota de Gore Vidal. Apabullante, sin duda.
El mismo autor, que ha dado al género un par de novelas muy apreciadas como Kalki o Mesías (las dos en Minotauro), y que es todo un clásico de la novela histórica, autocalifica el principio del libro como "chiquillada" (pág. 79: "El mencionar lo de la minga mutilada tiene su gracia aunque no deja de ser una chiquillada"). Me parece que él mismo se toma a broma su obra, aunque debe considerarla muy ingeniosa. Ja, ja...
Merece más comentarios esta circuncisión con la que comienza el libro, pues se acaba convirtiendo en un tema recurrente a lo largo de toda la narración. Me estoy preguntando si es posible que el lector masculino sufra y sienta un estremecimiento por todo su cuerpo al leerlo cuando yo me quedo más ancha que larga. Y también me pregunto si ese mismo lector de sexo masculino se emociona cada vez que nuestro protagonista presume de tenerla más gorda y de ser tan guapo. (A lo mejor es un chiste que no comprendo. Ja, ja...) O puede ser que una ya no se cree nada, y que no sabe si despreciar al personaje que te marea con estas cosas, o al autor, o a los dos juntos.
Esta bazofia podría calificarse de ciberpunk en el siglo I: la historia que narra es la de un San Timoteo envuelto en las intrigas de judíos y cristianos, en el siglo I d. C., en un ambiente que en cierto modo nos recuerda al de las novelas picarescas de nuestra literatura. A esto hay que añadirle el componente de "ciencia ficción" (a ver si no, por qué íbamos a hablar de En directo del Gólgota en estas humildes hojas). Este ingrediente, a modo de receta, consiste en un hacker del futuro que está borrando la Historia (no pretendan una explicación hard, porque eso hay que creérselo que se puede hacer y punto). De manera que el mensaje de Jesús queda borrado, o mejor dicho, cambiado estrafalariamente, y el único que puede recopilar este mensaje en sus evangelios es este San Timoteo, al cual, se supone (hemos también de creer, debe ser cosa de la fe), el hacker no puede acceder.
En esta nube de ingenios y gracias hay muchos chistes de judíos, incomprensibles para el lector medio gentil, pero que sin duda harán las delicias de un Woody Allen en su idioma original. Ja, ja. Gore Vidal sin duda sabe manejar una historia y no me cabe duda de que tiene un gran dominio del lenguaje y de todos los recursos narrativos. Pero, de verdad, esta vez se ha pasado.
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