CONTENIDO LITERAL

("Un hombre al margen", comentario de Albert Solé. Derechos de autor 1995, Gigamesh)

El título vulnerable, o Un hombre al margen. Pariente menor del título inevitable, el título vulnerable es aquel cuya adecuación a lo que encierra es impecable en su idioma original, pero puede resultar peligrosamente herida en cuanto se efectúa el trasvase de la traducción.
Marc Behm, que afortunadamente nunca ha caído en las trampas que conlleva el ser un "autor de culto" a pesar de tener todas las credenciales para ello (y, de hecho, así es como lo lanza la editorial española que lo ha publicado en una curiosa colección claramente concebida con "voluntad de culto"), escogió por título Off the wall para describir la patética y simultáneamente gloriosa aventura de Patrick Nelson, que no ha encontrado ninguna razón para vivir en el mundo real y se ha entretenido con la confección de complejas fantasías, tejidas mediante la historia vista bajo la luz de la subcultura, en las que tan pronto puede atrapar a Jack el Destripador como codearse con Napoleón. Las fantasías de Patrick le han bastado para ir aguantando con vida hasta que el amor, la peor y la mejor de todas las fantasías posibles dentro de la escala humana, irrumpe en su existencia escogiendo para hacerlo un momento francamente inoportuno: Patrick vive en una ciudad que está siendo aterrorizada por los crímenes de El Carnicero, y se prenda de una agente de policía a la que ve por casualidad en la escena de una de los despedazamientos con hacha.
¿Cómo atraer la atención de la otra mitad, teniendo en cuenta que Patrick no está viviendo una de sus fantasías y no puede dominar los resortes de la ficción que le harían ridículamente fácil tal hazaña en uno de sus ensueños? Pues, sencillamente, dejando caer la licencia de conducir junto a un arbusto para que sea encontrada durante la investigación de la escena del crimen, lo que despertará el interés de la policía y hará que la agente empiece a introducirse en la vida de Patrick.
"Off the wall" es, por desgracia, una expresión intraducible pero muy adecuada a lo que propone Behm: podríamos parafrasearla como locura, rareza, irracionalidad o extravagancia, pero cada uno de esos intentos seguiría dejando escapar un poco de lo que ese título vulnerable transmite de manera perfecta y natural a quien haya nacido en su ámbito idiomático. Y, además, toda la novela reposa sobre esa distorsión engañosa de las apariencias porque Patrick no es solamente un enamorado sino también un sospechoso de haber cometido crímenes horribles y de estar totalmente chiflado y ser además lo que, para entendernos, definiríamos expeditivamente como "un tío bastante raro", y eso tiñe de manera inevitable tanto su relación con la mujer de su vida como la mirada que ella arroja sobre él. "Off the wall" es, también, la mejor descripción del fetiche de Patrick, esa pelotita que arroja tenazmente una y otra vez para recogerla ágilmente, consolándose con la promesa neurótica de que si consigue llevar a cabo el acto de prestidigitación un número determinado e imposiblemente elevado de veces evitará que le ocurra nada malo. La pelotita va y viene de la mano de Patrick al objeto duro más próximo, al igual que el hilo de la novela va y viene de la realidad horrible y hermosa de esa ciudad encogida sobre sí misma por el terror en la que Patrick vive su primer y último gran amor -su primera y última conexión con una vida de la que siempre ha permanecido distanciado por su imaginación y un destino cruel- y la minuciosamente delirante fantasía de explorador africano que teje mientras se ofrece como sospechoso/objeto del deseo. Behm no esconde sus cartas y no engaña: la repetición del número de magia de la pelotita puede llevarse a cabo muchísimas veces, pero es inevitable que llegue un momento en el que los reflejos fallen y el cansancio se salga con la suya. La pelotita acabará cayendo al suelo más tarde o más temprano y el ensalmo deseado dejará de surtir efecto, eso suponiendo que lo hubiera surtido alguna vez, y Un hombre al margen, la encarnación/camisa de fuerza entre prosaica y traicionera en la que el título vulnerable anglosajón ha sido atrapado para que more entre nosotros, abandonará esa posición de marginalidad para reintegrarse al seno de la raza y el mundo humanos de la manera más irreversible y común que pueda imaginarse..., con la muerte.