CONTENIDO LITERAL

("Lenguajes de Pao [los]", comentario de Juan José Parera. Derechos de autor 1987, Juan José Parera)

Desde la introducción, Miquel Barceló nos señala sobre Jack Vance: A medida que los universos imaginados por Vance han crecido en complejidad, también lo han hecho su estilo, con una marcada tendencia al barroquismo y una prosa característica, muy elaborada, en la que usa muy acertadamente un vocabulario poco usual, al tiempo que mantiene un tono irónico y despegado como narrador.
Parece que esta puede ser una de esas novelas en las que el vocabulario es bastante usual, no hay tendencia al barroquismo y el universo desplegado, con ser complejo en el fondo, se nos muestra solamente en una pequeña porción que no aparece como excesivamente complicado.
La historia a desarrollar es sencilla y, a la vez, con unas grandes posibilidades. Pao, un planeta habitado es invadido sin oposición porque la forma de ser, el modo de vivir habitual de sus habitantes, el lenguaje que emplean en la comunicación y la interpretación intelectual y emocional de los significados de las palabras no les ayudan nada más que adaptarse a la nueva situación pero no a oponerse a ella. Para resistir a esta invasión y a otras sucesivamente posibles hay que cambiar de idioma. No sólo de idioma en cuento a emisión de sonidos sino en cuanto a composición gramatical y al significado oculto, a las segundas versiones, a las asociaciones, a los sinónimos y antónimos. Se tiene que intentar que, por ejemplo, invasión no signifique "llegada de muchos otros seres a nuestra tierra", sino "robo, dolor y tristeza" y una palabra como matar no sea "una de las maneras de conseguir alimentos de los animales", sino "algo que pone fin a las invasiones".
Estos ejemplos no se presentan en el texto, son traídos por el comentarista únicamente como referencia de lo que se pretende. Y ya puestos a buscar un nuevo lenguaje, se buscan tres diferentes: uno para la clase militar que puede oponerse a los invasores, otro para la clase industrial que permitirá la liberación comercial de los paoneses, motivo inicial que provocó todo el conflicto y otro más para los comerciantes y políticos para que su intervención mejore substancialmente las posibilidades de Pao en su contorno estelar.
Haría falta una quizá sólida preparación previa en conceptos lingüísticos, neurofisiológicos y psicológicos para explicar cómodamente cómo es posible realizar este cambio que, sin ser imposible, es verdaderamente complejo y exige un paso del tiempo adecuado para que las pautas puedan ser trasmitidas entre las generaciones futuras hasta consolidar lo que se pretende. Todo ello rebasa con mucho los límites de una novela pequeña y por tanto son pasados por alto por Vance en el desarrollo de esta. Así, lo que podría haber sido un tema impresionante, se queda simplemente en una novela de aventuras con algunos ramalazos de aspectos técnicos.
El núcleo central al que nos estamos refiriendo se mezcla, como no, con los pequeños detalles cotidianos y la descripción de las culturas alienígenas tan caras en Vance que son, con mucho, lo que más sabor da al conjunto, aunque en breves momentos se aboca en la reiteración de situaciones. Otros instantes son verdaderamente lúcidos e inducen a la reflexión pausada sobre el último concepto de lo que estamos leyendo, por si el propio texto nos está haciendo un guiño que aún no hemos cazado y con el que nos va a sorprender agradablemente más adelante.
El resumen que debe hacerse en cuanto a la valoración es deliberadamente ambiguo. Si se llega a la novela buscando precisamente el desarrollo que el autor nos propone, la desilusión es lo más claro que se saca de ello. No porque no lo intente, sino porque no se consigue. Si la novela cae en nuestras manos como una más de las escritas en la ciencia ficción llamada dura, entonces quedamos gratamente sorprendidos con un tema ameno, un desarrollo ágil, el cariz irónico y corrosivo de Vance y la descripción fabulosa de esos mundos lejanos tan distantes, tan diferentes, y a la vez tan conocidos y tan parecidos al nuestro.