CONTENIDO LITERAL

("Paisaje en el tiempo", entrevista de Miquel Barceló y Editorial Interface. Derechos de autor 1996, Miquel Barceló y Editorial Interface)

Miquel Barceló: ¿Háblanos de tus comienzos en la ciencia ficción?
Gregory Benford:
Publiqué mi primer fanzine [revista no comercial] cuando tenía catorce años en Atlanta, luego nos mudamos a Alemania por tres años y allí publiqué el primer fanzine en lengua inglesa de Alemania. He participado en la ciencia ficción desde 1954 hasta ahora. Todavía publico en los fanzines, cinco de ellos en el año pasado. Es terrible admitir que escribo cosas gratis, pero es verdad.

MB: Pero no es común que los profesionales se mezclen con los fanzines.
GB:
Hasta 1975 si lo era, los profesionales y los aficionados estaban muy relacionados. La ciencia ficción es única en el sentido de que el género por completo ha evolucionado con un conjunto fuerte de seguidores (inventamos palabras como fandom o fanzine). Esa es su fuerza, y por esa razón la ciencia ficción tiene una fibra de la que carecen otros géneros. No pueden montar reuniones como esta convención mundial. Eso se debe a que hay algo diferente en la ciencia ficción.

BEM: ¿Hace eso que la literatura de ciencia ficción se más interesante?
GB:
Creo que sí. De forma especial la ciencia ficción ha sido una conversación continua, y durante más de medio siglo los aficionados fueron el medio principal. Pero también los escritores de ciencia ficción escriben obras que contestan a otras obras. Por ejemplo, La guerra interminable de Joe Haldeman contesta a Tropas del espacio de Robert Heinlein, de la misma forma mi serie del centro galáctico es una respuesta a Arthur C. Clarke, Stapledon e incluso H. G. Wells. Particularmente entre los escritores de ciencia ficción dura se producen narraciones que se refieren a narraciones anteriores.
La ciencia ficción dura especialmente es la parte del género que más se parece a la forma en que se hace la ciencia. Primero porque hay más colaboraciones y la mayor parte de los artículos científicos modernos tienen más de un autor. En segundo lugar, los científicos se comunican mucho entre ellos. Los científicos fueron los primeros en inventar una comunidad verdaderamente internacional: la bomba atómica fue construida por gente de unos nueve países diferentes. La ciencia ficción moderna se describe mejor como un género que tiene una larga conversación continua consigo mismo. Los escritores se conocen unos a otros, escriben en respuesta unos a otros y así es como evoluciona. Eso no es cierto en otros géneros. Por supuesto, se influyen unos a otros, pero no están tan unidos. Por ejemplo, Raymond Chandler se encontró con Dashiel Hammet sólo una vez en una cena, hay una foto, y vivían en el mismo estado y en la misma ciudad. Los escritores de novelas del oeste nunca se conocían y los de misterio rara vez lo hacen. Supongo que en parte se debe a que la ciencia ficción tiene tantas ideas que se puede hablar sobre la ideas. Es cierta forma es muy difícil hablar sobre novelas de misterio porque no tienen ideas, tienen estilos. Pero las ideas son más fáciles de comunicar, que es la razón por la que la ciencia ficción es con más facilidad una literatura internacional.

MB: ¿Opinas que las ideas son el aspecto más importante de la ciencia ficción?
GB:
Es el más fácil de comunicar y posiblemente el más importante. Pero yo diría más bien que la visión es el elemento crucial, y en particular, en el tipo de ciencia ficción que me gusta, el sentido de la maravilla.

MB: Hace unos años el doctor Marvin Minski vino a Barcelona a presentar el premio UPC. Habló de El gran río del espacio y de esa gente que tienen chips implantados. Dijo que era una forma perfecta de estudiar los aspectos morales de ser una personalidad en un chip. Eso es visión.
GB:
Sí. Tengo un personaje que sufre "tormenta de aspectos". Los aspectos se adueñan de la persona y luchan por controlarla. Y la persona sufre un ataque de histeria y tienen que sedarla. En su libro, The Society of Mind, Marvin Minski propone la idea de que el yo es un conjunto de muchos programas que se ejecutan simultáneamente, que contribuyen a formar una única visión de ti mismo. Cuando cambias de tareas se activan programas distintos, cuando haces aritmética es distinto que cuando corres, o cuando tocas el piano o haces el amor.

MB: Agentes se les llama en inteligencia artificial.
GB:
Sí, agentes, subrutinas en la mente. Mis aspectos son piezas de personas ahora muertas que se ejecutan simultáneamente en el fondo de la mente y pueden se activadas. Es como tener un gran agente que se puede activar o desactivar y colocar en primer plano. Cuando estás en un restaurante y tiene que sumar la cuenta llamas al agente que realiza la operación matemática muy rápido y luego se retira, mientras tanto tú sigues hablando sobre películas, por ejemplo. Un aspecto no es tan sencillo de utilizar, tienes que hablar con él, es mucho más poderoso. Ésa es mi idea.

MB: En la serie del centro galáctico, ¿de dónde vienen los mecs?
GB:
Evolucionaron a partir de las anteriores civilizaciones biológicas que o murieron o fueron destruidas por los mecs. En cierta forma son un nivel más alto de evolución. Pero los seres orgánicos todavía seguimos allí, de la misma forma que ahora vivimos con los insectos que tienen mucho éxito, pero los erradicamos cuando los encontramos allí donde queremos vivir. Muchos mecs nos consideran una plaga.

MB: Quizás se explique en los dos últimos libros, pero para mí era maravilloso que fuesen algo que simplemente estaba ahí, como muchas otras cosas en el universo.
GB:
Exacto. Los mecs son muy antiguos. Provienen de civilizaciones anteriores a la nuestra. Así que en realidad no sabemos cuan antiguos son. Por supuesto, el universo tiene 15 mil millones de años, así que tienen que ser más jóvenes, pero podrían llevar en la galaxia, que tiene 10 mil millones de años, desde hace 8 mil millones de años. Es decir, han vivido mucho tiempo y no les hace felices ver como nosotros, insectos, recorremos su espacio vital. La mayoría no nos respetan.

BEM: En tus artículos siempre señalas que lo extraño es el tema más importante de la ciencia ficción, o debería serlo, porque consideras que la ciencia ficción es la literatura que muestra el universo tal como es.
GB:
Para nosotros la mayor parte del universo es extraño. Hasta hace muy poco zonas de este planeta nos eran desconocidas, y todavía quedan algunas. Creo que experimentar el otro, lo extraño, es crucial para la humanidad. Pero en los tiempos modernos, vivimos en ciudades y todo eso; casi nada es extraño. En cierta forma, puede que la ciencia ficción trate de la necesidad humana de lo extraño. La civilización moderna destierra lo extraño y la ciencia ficción lo trae de vuelta. Por ejemplo, la Odisea, trata sobre el viaje de vuelta a casa de la batalla de Troya, y lo extraño aparece muchas veces, el cíclope por ejemplo. Ulises incluso va a visitar a los muertos, que es otra forma de lo extraño, y por eso en cierta forma la literatura de terror trata el mismo tema. Toda la ficción occidental considera la muerte como algo terrible, exceptuando el mito central de la civilización occidental que es Cristo. Cristo es un muerto, un zombie. Hay una película terrible que se llama La noche de los muertos vivientes, sobre la resurrección de los muertos. ¿En qué se diferencia de la historia de Cristo? Es el mismo tema visto desde dos puntos de vista distintos, pero lo importante es que tiene un gran poder sobre la mente humana, por eso sirve para crear una religión o para hacer una película de terror.

BEM: En varios artículos señalas que mucha literatura general aspira a erradicar lo extraño.
GB:
La literatura convencional es claustrofóbica, algo que no me interesa. Quiere eliminar lo extraño. Incluso si utilizan un extraterrestre, es simplemente un símbolo, no es realmente extraño. Como en El hombre que cayó a la Tierra, la película, o un libro de una mujer, no consigo recordar el título, en que el extraterrestre era simplemente el hombre perfecto. No es realmente sobre extraterrestre, trata realmente de que a las mujeres les gustaría que los hombres fuesen mejores. Creo que la mejor ciencia ficción hace que los extraterrestres sean verdaderamente extraños, como en la película 2001 o la mayor parte de la obra de Arthur C. Clarke.

BEM: Escribiste toda una novela, Contra el infinito, con un extraterrestre incognoscible, donde intentabas que el extraterrestre no significase nada.
GB:
Sí, exacto. Van a cazarlo y al final lo matan, pero luego resucita. Finalmente comprenden que no pueden cazarlo, no pueden entenderlo. Siempre será extraño. Lo fundamental de algo extraño es que si lo entiendes deja de ser extraño. Los seres humanos necesitamos algo que esté fuera de nosotros.

BEM: En un momento de Contra el infinito se dice que los científicos son cazadores de otro tipo. ¿Es así como ves el trabajo científico?
GB:
Los científicos son cazadores, son cazadores sistemáticos. Por supuesto, la mayor parte de la ciencia es contabilidad. Se calculan mejores resultados, se obtienen nuevos datos, se ajustan los detalles. Y está bien, pero básicamente la gran aventura científica es la caza de lo extraño. En ese aspecto este siglo ha estado muy bien, porque la relatividad es muy extraña y la mecánica cuántica es muy extraña. Hay un dicho entre físicos que dice que si entiendes la mecánica cuántica es que todavía no le has cogido el truco.
La razón es simple: somos chimpancés. Y construimos imágenes científicas de ese nivel. Los chimpancés pueden tirar piedras, ver las ondas de un lago, etc. Y pensamos que las cosas deberían ser como las rocas, partículas, u ondas. Por eso en mecánica cuántica decimos que las cosas a veces son como partículas y a veces como ondas. Pero de hecho, las cosas son extrañas. Empleamos las imágenes de partículas y ondas porque esas son las cosas que conocen los chimpancés. Lo que la mecánica cuántica dice es que a un nivel muy pequeño la materia es muy extraña y ninguna de nuestras imágenes funciona todo el tiempo. Esa es la lección fundamental de la mecánica cuántica: hay cosas que no puedes conocer con tu mentalidad de chimpancé.

MB: Vamos de la parte dura a la literaria. Contra el infinito ha sido comparada con Faulkner. Hay ocasiones en que parece que tu forma de escribir es muy complicada, cuatro adjetivos seguidos y cosas así. ¿Esa forma de escribir es natural o es un intento de acercarse más a escritores como Faulkner?
BEM: En un artículo llamado "The South and Science Fiction" dices que esa es la forma de hablar del sur de los Estados Unidos.
GB:
Sí. En Contra el infinito escribí la historia de la forma en que me las contaba mi abuelo, porque el estilo sureño consiste en emplear varias palabras para modificar un mismo sustantivo. Se debe a que todo es tan complicado que intentas introducir todos los aspectos uno tras otro utilizando palabras. Ésa es la forma en que la gente contaba historias cuando yo era joven en Alabama. Después salí de esa herencia sureña y he vivido en el mundo, Alemania, Japón, y luego me hizo físico, un profesor, pero quería volver a esa forma de contar historias porque es muy básica. Es la forma en que Faulkner escribía sus libros. Y me gusta, así que lo hice.

BEM: Normalmente se te considera un escritor de ciencia ficción dura al que le preocupan mucho las cuestiones de estilo. ¿Crea eso una tensión en tu obra?
GB:
Realmente no. La parte científica me es fácil porque soy un científico. Muchos escritores tienen que trabajar mucho la parte científica, pero para mí es muy fácil porque a eso me dedico. Cuando escribo soy un escritor amateur, y puedo contar la historia de la forma que la contaría otra parte de mi personalidad, otro aspecto. Simplemente intento contar la historia de la forma que la siento y tengo ciencia que puedo emplear. Intento también decir como es la ciencia, o muchos científicos lo hacen, intentando describir la ciencia con emoción y color.

BEM: Es una de las características de Cronopaisaje. En mucha ciencia ficción el científico habla de una sola cosa, la física, por ejemplo, pero en esa novela hablan sobre aquello que les preocupa en ese momento.
GB:
La mayor parte de los científicos tienen vidas de verdad. Pero tienes razón. La ficción la escribe gente que lo hace desde fuera del mundo científico, yo escribo desde dentro de la comunidad científica americana. Conozco a la mayoría de los grandes personajes científicos de nuestro tiempo, y lo veo de forma muy distinta. Jane Austen vivía en la sociedad que describía, por eso sus novelas parecen reales.

MB: En Cronopaisaje el pasado corresponde a los años sesenta, mientras que la catástrofe futura sucede en 1998. Ahora nos acercamos a 1998, y cuando veo esas fechas tan cercanas me pregunto: ¿no tendremos demasiado miedo del futuro?
GB:
La forma fácil de contestar a eso es decir que vivimos en uno de los universos alternativos de la novela. Enviar el mensaje al pasado no crea sólo dos universos posibles, crea muchos, y nosotros vivimos en uno de ellos.

MB: Pero me refiero al momento, a la elección de fecha en las novelas de ciencia ficción. ¿Sentimos demasiado miedo del futuro?
GB:
Tienes razón. En parte los escritores lo hacen para que parezca más inmediato. Y en segundo lugar, es siempre más fácil ver los problemas que las soluciones. Vemos los problemas y luego resulta que no eran tan graves como parecían. Si vas a una plaza pública verás que las estatuas nunca están dedicadas a la gente que vio los problemas, sino a la gente que resolvió los problemas, que es más difícil. Los escritores de ciencia ficción ven problemas y los plantean en el futuro cercano para que parezcan vitales. Y al final ese día llega y se ve que no era para tanto.

MB: Es que eso lo comenté en una de mis introducciones. Llega el año en que se sitúa la novela y vemos que el futuro no es así. Por supuesto, uno podría decir que Cronopaisaje ha sido una de las fuerzas que ha impedido el futuro que describe.
GB:
Creo que Orwell diría lo mismo.

MB: Ahora has terminado la serie del centro galáctico, tu gran proyecto durante mucho tiempo...
GB:
Veinticinco años.

MB: ¿Y ahora?
GB:
Primero voy a escribir un libro a petición de Janet Asimov que transcurre en el escenario de la Fundación. Me pidió que escribiese el libro porque los herederos querían que la serie viviese de nuevo. Rechacé la idea, pero mi subconsciente no. Durante medio año mi subconsciente me lanzaba ideas. He tenido ese problema antes y cuando mi subconsciente quiere escribir un libro mejor lo escribo porque si intento escribir otro no podré. Lo he intentado dos veces antes y fracasé, así que tengo que prestarle atención a mi subconsciente porque él hace la mayor parte del trabajo. Estoy muy ocupado como físico para sentarme como hacen mucho escritores y trabajar en mi obra cada día. Yo escribo dos o tres días a la semana, normalmente durante el fin de semana, y eso es todo, así que el subconsciente tiene que hacer casi todo el trabajo. Y el subconsciente quería escribir el libro de la Fundación, y tenía razón, porque he escrito la mitad del libro en cuatro meses. Fácil.

MB: ¿Ese libro se encaja por completo en la serie, robots incluidos?
GB:
Sí. Voy a utilizar todos los elementos que empleó Asimov. Voy a centrarme en el momento en que el emperador nombra a Hari Seldon primer ministro del imperio. Eso lo dice Asimov y luego salta diez años, y te quedas sin saber como un matemático se convierte en primer ministro de un imperio galáctico. Alguien se opondrá, seguro, además de otros problemas: ¿a que se dedican los robots?, ¿por qué no hay extraterrestres en la galaxia?, ¿qué es la psicohistoria?, ¿quién es Hari Seldon? Esas cosas me han molestado durante cuarenta años. Mi subconsciente quería conocer las respuestas y voy a escribir este libro sólo para divertirme.
Después voy a escribir un libro largo, me gustaría que fuese corto, muy similar a Cronopaisaje.

BEM: Recuerdo un artículo en el que comentabas que te acercaste a la ciencia ficción y que luego lo dejaste, fuiste a la universidad y luego te convertiste en profesor. Sólo después volviste a la ciencia ficción.
GB:
Necesitaba escribir. Después de varios años acumulé una reserva de... algo. De hecho empecé a escribir sin acabar la carrera, cuentos cortos y publiqué algunos. Después tuve que concentrarme en la física, me casé, pero aun así seguí escribiendo. Cuando mi carrera de físico quedó bajo control, recorrí los distintos peldaños del profesorado, tuve más tiempo y libertad para escribir. Realmente necesito escribir, que es por lo que no puedo parar.

BEM: ¿Qué opina de los nuevos escritores de ciencia ficción dura, como Kim Stanley Robinson con Marte rojo?
GB:
Es muy bueno. Está más interesado en la política que yo, y viene de otro punto de vista político; yo soy más anarcosindicalista mientras que Stan Robinson es más socialista. Pero Kim Stanley Robinson es muy buen escritor de ciencia ficción. Parece que en los últimos quince años tenemos más escritores de ciencia ficción dura que nunca. Ahora a la ciencia ficción dura se le presta más atención, porque ahora tiene diferentes ideologías y estéticas, y eso es algo relativamente nuevo. Los lectores siempre han tenido opiniones fuertes sobre la ciencia ficción dura, el mismo término fue inventado por el crítico de libros de Analog a finales de los cincuenta para describir aquello que los lectores de Analog preferían y lo que a él le gustaba.
La ciencia ficción dura, creo, es el centro estético del género. Lo que no quiere decir que sea lo mejor, simplemente quiere decir que está más cerca de la fuente de la ciencia ficción. Se puede ser el punto central de algo y no ser muy grande; el centro de un círculo es un punto pero aun así es el centro. La ciencia ficción moderna tiene muchas variantes, ciencia ficción social, ciencia ficción militar, ciencia ficción dura y ciencia ficción blanda en la que la ciencia y la tecnología sólo están de fondo. Todas tienen su lado positivo. La naranja mecánica es ciencia ficción blanda pero 2001 es ciencia ficción dura, creadas por el mismo hombre y separadas por dos años.

BEM: Kim Stanley Robinson viene académicamente de la filología no de la física o la biología, pero intenta que la ciencia en sus historias sea correcta, cosa que no suele pasar.
GB:
Sí. Trabaja mucho, por otra parte a mí probablemente me limita no haber estudiado filología, de hecho nunca hice un curso de lengua inglesa. Pero tampoco me lamento mucho, porque me parece que la educación universitaria en literatura mata a los escritores. No estoy seguro, pero sin saberlo puede que esquivase la bala.
En cierta forma, la ciencia ficción podría verse como la expresión literaria de toda una clase, los científicos y técnicos, que no tiene ninguna otra forma de expresarse en ficción. No en el sentido marxista de clase, sino en uno más sofisticado. La tecnología y la ciencia han cambiado el mundo en los últimos 200 años más que ninguna otra cosa. Los humanistas lo saben y no les gusta. Gran parte de la hostilidad que los humanistas sienten por la ciencia y la tecnología es debida a que sientes que realmente el poder está ahí. Y no es poder en el sentido político, es una poder más fundamental. Por esa razón esa literatura que expresa el punto de vista del científico va a ser cada vez más importante.

MB: Pero yo creo que ahora la mayor parte de la ciencia ficción no se basa en la ciencia ficción dura. Creo que la mayor parte de los editores, lectores, aficionados, aprecian otro tipo de ciencia ficción menos científica.
GB:
Creo que tienes razón. La ciencia ficción dura es un gusto que hay que trabajar. Debes saber como leerla y saber de ciencia para entenderla por completo...

MB: Y la ciencia no es bien conocida en nuestra sociedad.
GB:
Es sorprendente que el número de personas que conocen ciencia se esté reduciendo en los países industrializados. Leí algo sobre eso en un periódico inglés ayer mismo. Es verdad en los Estados Unidos; el número de personas matriculadas en física se ha ido reduciendo desde hace varias décadas. No pasa así en Japón, pero si en todos los países europeos que conozco. Eso significa que los países desarrollados dependen cada vez más de científicos del tercer mundo. El 55% de los matriculados en programas de doctorado en los Estados Unidos tienen pasaportes extranjeros. Nos parecemos cada vez más a los romanos que desde tiempos de Octavio tenía más y más soldados que venían de fuera, con lo que el ejercito romano era básicamente alemán y no había romanos en el ejercito romano. Eran todos abogados. Ésa fue parte de su caída, tenían un ejercito que no simpatizaba con su sociedad.
En los países industrializados tenemos cada vez más científicos que no son de países industrializados. Eso en Estados Unidos lo llamábamos la enfermedad inglesa. La primera generación trabaja en la granja, la siguiente son ingenieros, después científicos y al final, artistas, o peor, abogados.

MB: El problema con muchas carreras científicas y técnicas es que son tan duras que mucha gente olvida, porque no tiene tiempo, aquello que se queda fuera de la carrera. Ese es un problema para la ciencia ficción dura, porque si esa gente que podría leerla no tiene tiempo, la cosa va mal.
GB:
Por desgracia es verdad. No se como podría arreglarse. Hay grandes presiones para la especialización. La ciencia tiene un gran impacto y muchos científicos no se preocupan por saber como afecta un descubrimiento al conjunto de la sociedad.

MB: Has trabajado como científico investigados, como escritor de ciencia ficción y como divulgador científico. ¿Cómo se relacionan esas tres cosas? En España, pocos científicos hacen un esfuerzo por explicar la ciencia al público. Parece como si se degradasen.
GB:
Sí. Se parece mucho a la situación en el medievo donde aquellos sacerdotes de más alto nivel eran lo que se concentraban en la meditación y la oración. Los más bajos eran los que salían a hablar con la gente. No es nuevo. Y es desafortunado, porque la alternativa a una ciencia popular es una ciencia impopular. Los científicos harían mejor en prestar atención a la forma en que el público ve la ciencia.
Normalmente la imagen la dan otros y no necesariamente nuestros amigos. Michael Chrichton por ejemplo. Parque jurásico es un libro terrible y una película aun peor salvada sólo por los efectos especiales. Esta llena de discursos sobre como la ciencia es arrogante, esto no funcionará, esto es un error. La gente va a ver los dinosaurios y él aprovecha para atacar a la ciencia, para decir que los científicos jamás podrían controlar algo así. Para que esté claro, describe un parque de atracciones construidos por idiotas, nadie haría un parque de parque de atracciones así, con sólo ocho personas y todo controlado desde un sólo sitio. Ningún ingeniero lo haría así. Pero él tiene que hacerlo así para que falle. Sus novelas son sobre los fallos de la ciencia. Pero lo terrible es que utiliza el interés positivo que la gente siente por la ciencia. Los atrae con dinosaurios para darles un mensaje anticientífico. Lo mismo sucede con Stephen King. Cada vez que Stephen King tiene un tema científico es un error: la ciencia es el problema, nunca la solución.

BEM: David Brin comentaba la diferencia entre dos películas de la serie Star Trek. En La ira de Khan tienen el proyecto génesis que permite crear planetas y al final de la película crean un planeta maravilloso. Ésa es un visión positiva. En En busca de Spock resulta que el planeta es inestable y el científico, hijo de Kirk, muere al final.
GB:
Sí, el mito de Frankenstein. Lo peor de las películas de ciencia ficción es que roban las ideas, los efectos especiales, la visión, pero no cogen el mensaje. El mensaje es anticientífico. A mi me lo han dicho editores en Nueva York: en un thriller tecnológico el villano debe ser la ciencia.
Hay excepciones. En Tiburón el científico es una figura bastante positiva. Pero hay muy pocos ejemplos. Por supuesto, 2001 es otro.

BEM: Abre la mente.
GB:
Sí, aunque no todo es así. Por eso tienen esa elipsis. Se lanza el hueso y cae convertido en un vehículo espacial. Ese vehículo es realmente un satélite militar.

BEM: Dieron la película en televisión hace un par de semanas y después hicieron un debate. Algunos de los comentarios son muy interesantes. Algunos comentaron esa escena diciendo: "es demasiado científica, es una metáfora científica que no me gusta".
GB:
Cuando Kubrick terminó la película realmente empezaba con el plano del satélite militar, no tenía la parte de los monos. El estudio dijo: no lo entendemos, necesitamos algo al principio para que esto funcione. Así que Kubrick, con un presupuesto muy pequeño, mandó un fotógrafo a África para sacar fotografías de paisajes. Luego en las afueras de Londres uso las fotografías como fondos y filmó esa parte para que el estudio distribuyese la película. Ahora parece perfecto, pero esa no era la forma en que quería hacer la película. Yo creo que funciona muy bien.

BEM: Sí, es un metáfora maravillosa, lanzar el hueso...
GB:
Sí, pero mucha gente no la entiende. Estás durante muchos minutos en un cine y no hay diálogos. Tienes que entender el significado de cada episodio. Y mucha gente simplemente no lo entiende.

BEM: Recuerdo otro de los comentarios críticos sobre la película se refería a la muerte de Hal. Vamos, el astronauta está fuera, Hal pretende matarlo, él se limita a entrar en la nave y desconectar a Hal. No grita ni hace nada histérico. Parecía que no entendían que se trata de un astronauta, que está entrenado para eso. Es un tipo de personaje completamente diferente, no es alguien que viene de la calle. Era un forma muy extraña de ver la película.
GB:
Sí, es cierto. La película es muy diferente, no hay diálogos ociosos, por ejemplo, pero muy buena, aunque difícil de entender para mucho. Si se lee el libro sobre como se hizo la película, vienen muchas de las críticas y es evidente que la gente no la entendió. Yo preparé la edición para coleccionista en vídeo disco láser de 2001. Incluí muchas de esas reseñas, y dos minutos de material de la NASA. Ponía unos pocos segundos de 2001 y luego material de la NASA, realizado después de la película, para mostrar lo cerca que estaba la película de como fue la realidad. Fue un buen experimento. Es mi película favorita, esa y Teléfono rojo, volamos hacia Moscú.

BEM: Teléfono rojo… es genial, con esa película granulosa y llevando la cámara en la mano.
GB:
Sí. Me gustaría que Kubrick hiciese otra película como esa. Ha malgastado seis años preparando esta película de ciencia ficción, AI, en un secreto total. Nadie relacionado con el proyecto habla de ella. Intenta crear una visión total del futuro, con enormes efectos especiales. Pero sigue trabajando en los efectos especiales y ocupa más y más tiempo. Me gustaría que hiciese más películas en menos tiempo.

BEM: Kubrick siempre intenta hacer la gran película sobre algún tema. Hizo la gran película de romanos, la gran película de ciencia ficción, la gran película bélica, etc...
GB:
Hizo una gran película de ciencia ficción dura, 2001, y una gran película de ciencia ficción blanda, La naranja mecánica. Una tras otra. Las dos son muy buenas, pero me gustaría que hiciese más.