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("Ciencia ficción en España: de Confiction a Intersection (1990-1995) [la]", artículo de Editorial Interface. Derechos de autor 1995, Editorial Interface)

La ciencia ficción en España viaja en una ola. Periódicamente va de arriba a abajo, para más tarde elevarse de nuevo. Aun más interesante, la edición de ciencia ficción y el mundo de los aficionados están desfasados. Un punto bajo en la edición coexiste con otro alto de las actividades. Un mal momento para los aficionados se acompaña de un buen momento editorial. Esta extraña situación comenzó en los sesenta. Para ponerlo más o menos en cifras, digamos que en la primera mitad de una década determinada muchos editores sacan nuevas colecciones de ciencia ficción. De pronto, todas la librería están llenas de libros de ciencia ficción y es casi imposible leer todo el material publicado. Pero el número de lectores parece ser limitado y la primera mitad de la siguiente década trae el cierre de la mayor parte de las colecciones, a medida que los editores buscan mercados más rentables. Así, 1990 fue probablemente el mejor momento para la edición de ciencia ficción en España mientras que 1995, posiblemente, sea uno de sus puntos más bajos, aunque a la espera de una recuperación en los próximos años. Mientras tanto, en estos cinco años, los aficionados se han ocupado de producir una cantidad ingente de material y han organizado gran cantidad de encuentros, concursos y congresos, entrando incluso en terrenos desconocidos para la ciencia ficción en España.
¿Opina que el contraste entre la edición de ciencia ficción en España y las actividades de los aficionado es una paradoja? Pues tiene razón. ¿Por qué funciona así? Nadie lo sabe. ¿Seguirá así o alcanzará un punto de estabilidad? Nadie puede predecirlo. ¿Será 1996 un buen año o el incremento del coste de los libros asustará tanto a lectores como a editores? Tendremos que esperar para saberlo.
Este breve artículo tratará principalmente del estado de la ciencia ficción en España en 1995, aunque en ocasiones nos remontaremos hasta 1990 para intentar colocar la situación actual en su contexto. De esa forma cubriremos el período de tiempo entre los dos últimos congresos mundiales en Europa.
Para hacerlo más fácil, dividiremos el género en pequeños temas. Empecemos.

EDITORES Y PRINCIPALES COLECCIONES DE CIENCIA FICCIÓN
En estos momentos, sólo seis editores mantienen colecciones regulares de ciencia ficción: Miraguano, Ediciones B, Grijalbo, Minotauro, Martínez Roca y Timun Mas. Otros, como Plaza & Janés o Planeta, publican libros de ciencia ficción de vez en cuando, pero se centran normalmente en autores como Asimov o Clarke, y ahora Crichton, que se venden al público en general. Otros editores, como Anaya o Valdemar, tienen colecciones que pueden ser de interés para un lector de ciencia ficción, pero normalmente están diseñadas para otro tipo de público, como los jóvenes.
De los nombrados, sólo Minotauro y Timun Mas publican generalmente sus libros en tapa dura, el resto prefieren la tapa blanda. El precio de los libros oscila entre las 1600 y las 3600 o las 4000 pesetas, que los lectores suelen considerar caro. Sólo Ediciones B y Martínez Roca mantienen una presencia mínima en el mercado de bolsillo. Ediciones B puede reeditar algunos de sus títulos de la colección de ciencia ficción en su colección de bolsillo (que se llama VIB, VERY IMPORTANT BOOKS), mientras que Martínez Roca mantiene una colección de fantasía en ese formato. La tirada de un libro de ciencia ficción en España no es por lo general mayor de 5.000 ejemplares, y únicamente Timun Mas puede permitirse superar con regularidad la marca de los 10.000 ejemplares.
Cada una de las seis colecciones tiene su propia personalidad y el comprador suele saber muy bien qué esperar.
Futurópolis, de Miraguano, actualmente sólo publica autores españoles (Miguel Ángel Lladó, Rafael Marín Trechera, Gabriel Bermúdez Castillo, Ángel Torres Quesada, Elia Barceló y Carlos Sáiz Cidoncha por el momento). La calidad suele variar, pero estos libros siempre son interesantes para los lectores que buscan ciencia ficción con otro sabor. Su voluntad de apostar por autores nacionales merece con seguridad el apoyo de los lectores.
Ediciones B (NOVA CIENCIA FICClÓN), dirigida por Miquel Barceló, está formada en su mayor parte por libros recientes de autores americanos. El buen ojo de Barceló le permite comprar el ganador del Hugo de un año determinado mucho antes de que sea siquiera candidato (por ejemplo: Un fuego sobre el abismo y El libro del día del juicio final). Una vez al año intenta publicar un libro de autor español (Elia Barceló, Juan Miguel Aguilera y Javier Redal y César Mallorquí hasta ahora) además del volumen dedicado al Premio UPC que puede incluir alguna historia de autor nacional. Las introducciones a cada volumen son uno de su mejores reclamos de venta, ya que los lectores responden muy bien al tono amigable de Miquel Barceló y a sus conocimientos de la ciencia ficción. Fue votada como mejor colección por los lectores de la revista Gigamesh.
GRAN SUPERFICCIÓN, de Martínez Roca, tiene algo así como una personalidad doble. Sus libros son en gran parte de autores británicos y presume de una cierta inclinación al ciberpunk. Pero la colección incluye también las novelizaciones de La guerra de las galaxias y novelas de ciencia ficción dura de Niven y Pournelle.
Timun Mas se centra claramente en la fantasía aunque también tratan la ciencia ficción. Sus libros se dirigen normalmente a los jóvenes aunque sin duda su público lector es de todas las edades. Prefieren las series largas, aunque también publican novelas únicas como Tras el largo silencio de Sheri Tepper y El año de Drácula de Kim Newman.
Grijalbo lleva poco en el género, así que es difícil juzgar su orientación. Sus libros se venden generalmente como bestsellers y no como ciencia ficción. Han publicado autores como Gene Wolfe, Robert Silverberg, Gardner Dozois, C. J. Cherryh o Michael Bishop. Tienen una colección dedicada exclusivamente a las novelas de Star Trek.
Minotauro tiene fama de publicar ciencia ficción con miras literarias en buenas traducciones (lo cual no tiene porque ser siempre cierto). Es una colección muy respetada, muy bien considerada por sus lectores. Le gusta publicar todos los títulos de un escritor (como es el caso de Ballard o Gibson). Algunos de sus autores recientes son William Gibson, Gene Wolfe, J. G. Ballard, William Burroughs y Angela Carter.

CONGRESOS
No hubo congresos nacionales en España (normalmente llamados HispaCón) durante los ochenta, pero volvieron en los noventa. El primero se celebró en Barcelona en 1991. Después de ese, se han organizado cada año: Cádiz (1992), Gijón (1993) y Burjassot (1994). En 1995 nos volveremos a encontrar en Cádiz de nuevo.
Estos congresos son reuniones agradables donde todo el mundo se conoce. Asisten entre 100 y 200 personas y el ritmo es ajetreado. En las últimas se están estableciendo algunas costumbres a medida que los congresos se convierten en el reloj que marca la vida de la ciencia ficción en España. Muchos grupos esperan hasta el congreso para presentar nuevos libros, revistas y demás. Está tendencia se incrementará con seguridad en el futuro.

PEQUEÑOS EDITORES
Este es un fenómeno completamente nuevo. Los aficionados siempre han esperado que los libros los publicasen los editores profesionales. La idea de libros publicados por los propios aficionados casi no se le había ocurrido a nadie. Sin embargo, en los últimos años la fácil disposición de sistemas de autoedición ha permitido la edición de libros de calidad en tiradas muy pequeñas (normalmente 500 ejemplares). Estos libros se venden normalmente en los congresos y por correo. Son la respuesta de los aficionados al principal problema de los autores españoles: la poca voluntad de los editores comerciales en apostar por ellos. Los aficionados contraatacan así para intentar demostrar que la ciencia ficción española puede venderse con éxito.
El primero fue la UPCF, la asociación de ciencia ficción de la Universidad Politécnica de Cataluña. Su colección se llama QUADERNS UPCF y publicó algunas de las novelas cortas españolas presentadas al premio UPC (más adelante hablaremos del premio). Los títulos hasta ahora han sido La vara de hierro de César Mallorquí, Estado crepuscular de Javier Negrete y Terra non descoperta de Carme Abella. Están previstos más títulos, pero el futuro de la iniciativa es incierto.
La calle de la costa es la editora de la colección LA ESPADA Y EL RELOJ. Ha publicado dos títulos, Zooropa de Carlos Fernández Castrosín y En un vacío insondable de Juan Miguel Aguilera y Javier Redal, pero hay más en producción. Mientras tanto, Juan José Aroz dirige y edita CUADERNOS ESPlRAL Ha publicado libros de Eduardo Gallego Arjona y Guillem Sánchez -Nina- y Daniel Mares Martín -Pastores de estrellas-.
En el futuro puede que veamos más libros de estas características.

REVISTAS
Trataremos a las revistas no comerciales, a las semiprofesionales y a las profesionales en un sólo grupo. La razón es que no hay gran diferencia entre unas y otras. El mercado español es tan pequeño que las diferencias se difuminan y es difícil distinguir entre una revista no comercial y una profesional. Tradicionalmente, la falta de revistas profesionales ha empujado a las revistas no comerciales a intentar jugar su papel, animando a los nuevos autores y traduciendo obras extranjeras.
No nos faltan revistas no comerciales en España. Posiblemente cada rama del fantástico tiene una publicación, desde el terror hasta la aventura, desde el ciberpunk hasta Star Trek. Hay aproximadamente unas 20 revistas no comerciales en España (sin contar las dedicadas al cómic). No está mal, si consideramos que el conjunto de los aficionados no supera probablemente los 500 individuos. Por desgracia, sólo un puñado de esas revistas no comerciales se publican regularmente, la mayoría salen cuando a sus editores les apetece, algo que seguramente perjudica sus ventas. Una lista breve de las revistas no comerciales españolas podría ser: Elfstone, Opar, Núcleo Ubik, Kenbeo Kenmaro, Gandiva, El sueño del Fevre, Parsifal, Factor Trek, Lothlórien, Cygnus, Pórtico y Mundo imaginario. Más o menos todas esas revistas tiene una tirada que oscila entre los 50 y, como mucho, los 500 ejemplares.
Si ponemos el límite en los quinientos ejemplares, entonces BEM y Cyber Fantasy podrían ser considerados fácilmente, para niveles españoles, como revistas semiprofesionales.
BEM, editada por Interface Grupo Editor (Ricard de la Casa, José Luis González, Pedro Jorge Romero y Joan Manel Ortiz), tiene una tirada de 600 ejemplares, ha publicado 46 números, cuenta con más de 200 suscriptores y, lo que es más importante, aparece religiosamente cada dos meses. Ocupa el segundo lugar de la historia de la ciencia ficción española en cuanto a números publicados (por detrás de Nueva Dimensión con 148).
Cyber Fantasy es obra de Alberto Santos. Ha publicado 6 números y hasta ahora se la consideraba una revista profesional, aunque la falta de una estructura comercial la sitúa más en el terreno de las revistas semiprofesionales. No conocemos cifras reales, pero estimamos que su tirada debe rondar los 1500 ejemplares. Su último número publicado hasta la fecha data de octubre de 1994, hace casi un año, y nos tememos que podemos empezar a considerar que ha desaparecido.
El terreno de las revistas profesionales ha sido mucho más caótico. Desde 1990 a 1995 hemos tenido tantas como seis revistas profesionales distintas. La primera fue Blade Runner Magazine, editada por Manhattan Transfer, que comenzó en 1990. Era una revista mensual impresa en papel de calidad. Cubría la mayor parte de las actividades de los aficionados, pero la falta de una dirección clara anuló sus posibilidades de éxito y desapareció después de sólo 8 números. Después, Ediciones Zinco, una editorial de cómics, editó versiones españolas de varias revistas americanas bajo la dirección de Luis Vigil, famoso por ser uno de los coeditores de Nueva Dimensión, la que fuera la revista más importante de ciencia ficción en España (de 1969 hasta 1984). De interés para los lectores de ciencia ficción teníamos revistas como Star Ficción (versión española de Starlog), Fangoria y Comic Scene. Se vendían bien, pero no lo suficiente y su publicación se detuvo. Mirando hacia atrás, podríamos considerar a Star Ficción, una interesante mezcla de cine, televisión y literatura, como un modelo perfecto para una revista de ciencia ficción en España. Después de todo, demasiada literatura no venderá una revista (los lectores de ciencia ficción son pocos), pero las películas si podrían, y los artículos sobre autores podrían incrementar la venta de los libros. Pero ésta es una solución que todavía no se ha intentado con éxito. Quizás en el futuro veamos más revistas inspiradas en el modelo de Star Ficción.
En estos momentos, la única revista profesional en España es Gigamesh. Comenzó como revista no comercial hace unos años y en 1992 dio el salto al mundo profesional. Pero después de sólo 3 números, como el panadero, desapareció suave y rápidamente. Ahora, tras una ausencia de tres años, ha vuelto con el número 4. El editor sigue siendo el mismo, el librero Alejo Cuervo, pero se ha reestructurado toda su redacción. No disponemos de cifras reales, pero estimamos que su tirada debe rondar los 2000 (e incluso los 3000) ejemplares. El número de lectores es más difícil de evaluar: un lapso de 3 años no es la mejor forma de incrementar las ventas. Aunque se trata de una revista profesional, no parece que se vaya a publicar con una periodicidad fija, algo difícil de entender desde el punto de vista de las ventas. Profesional en su estructura, todavía conserva una cierta mentalidad de revista no comercial, lo que podría hacer peligrar su éxito.
Recientemente la revista no comercial Mundo imaginario anunció que pronto iba a convertirse en una revista profesional. Veremos.

CONCURSOS Y PREMIOS
Evidentemente el premio más importante de la ciencia ficción española es el Premio UPC. Lo celebra cada año la Universidad Politécnica de Cataluña (en Barcelona) y se trata de un concurso internacional al que se pueden presentar obras escritas en inglés, español, catalán y francés. Los ganadores de años anteriores han sido: Rafael Marín Trechera, Ángel Torres Quesada, Jack McDevitt, Elia Barceló, Mike Resnick y Richard Nube. El Premio UPC se está convirtiendo con rapidez en el más importante de la ciencia ficción europea. Además, ha colocado a España en el mapa de la ciencia ficción internacional.
Otros concursos importantes son el Alberto Magno celebrado por la Universidad del País .Vasco y abierto a historias escritas en Español y Euskera, y el Juli Verne, organizado por el Cercle de les Arts i de les Lletres de Andorra, que, aunque estrictamente no es un premio español, tiene una importante relación cultural con nuestro país (la lengua propia de Andorra es el catalán, al igual que sucede con la parte noreste de España). El Juli Verne es el único concurso al que se puede uno presentar con una novela o con una antología escrita en Catalán.
Hay dos premios importantes en la ciencia ficción española: el Premio Ignotus y el Premio Gigamesh. Los Ignotus son concedidos por la Asociación Española de Fantasía y Ciencia Ficción (AEFCF). Tanto los candidatos como los ganadores finales se eligen por votación de los miembros de la AEFCF. El Gigamesh lo conceden los lectores de la revista Gigamesh. Un grupo de críticos elige algunas obras en cada categoría y los lectores votan a los ganadores.

ORGANIZACIONES
La principal organización de ciencia ficción en España es la Asociación Española de Fantasía y Ciencia Ficción (AEFCF). Se creó en 1990 (durante la Confiction). El número de miembros es variable, pero ronda los 100. Se creó principalmente para dar soporte legal a los congresos y esa es todavía su función principal. Asimismo concede los Premios Ignotus y edita las antologías anuales Visiones (tres hasta ahora y otra más en marcha), sólo de autores españoles. Publica la revista Pórtico para llegar hasta sus dispersos miembros.
Hay varios grupos pequeños y organizaciones, incluyendo la versión española de la Sociedad Tolkien.

LOS AUTORES
Tenemos varios escritores que llevan mucho tiempo escribiendo ciencia ficción. Algunos más de 30 años. Una breve lista podría ser: Domingo Santos (Gabriel, Civilización, Los dioses de las pistolas Prehistóricas), Gabriel Bermúdez Castillo (Viaje a un planeta Wu-Wei, Salud mortal), Ángel Torres Quesada (Las islas del infierno, Wyharga), Rafael Marín Trechera (Lágrimas de luz, La leyenda del Navegante), Elia Barceló (Sagrada, Consecuencias naturales), Carlos Sáiz Cidoncha (Memorias de un merodeador estelar) y Juan Miguel Aguilera y Javier Redal (Mundos en el abismo, El refugio).
Figuras prometedoras son Rodolfo Martínez, Joan Carles Planells, César Mallorquí, Javier Negrete, Carlos Fernández Castrosín, Armando Boix, León Arsenal, Pedro Pablo García May y Eduardo Gallego y Guillem Sánchez. La mayor parte de los autores escriben para las revistas no comerciales y similares. Son limitadas las oportunidades de publicar profesionalmente sus obras y todos ellos deben recurrir a otras actividades tales como traducir, por ejemplo, para ganarse la vida. Los autores españoles de ciencia ficción no comparten demasiadas cosas y cada uno es un mundo en sí mismo o en sí misma. Cada cual escribe lo que te apetece, desde fantasía hasta ciencia ficción dura, desde feminismo hasta historias de aventura. Lo cual da una gran diversidad, pero impiden que se influyan unos a otros.