CONTENIDO LITERAL

("Memorias", comentario de Pedro Jorge Romero. Derechos de autor 1995, Pedro Jorge Romero)

Uno debe siempre aproximarse con cuidado a cualquier autobiografía. Se trata de un género muy difícil en que puede pasarse de la sinceridad a la mentira o del coraje a la sensiblería en sólo una simple línea. También pueden llegar a ser terriblemente aburridas, porque lo que uno considera interesante sobre la vida de una persona puede no coincidir con la imagen que esa persona tiene de sí mismo.
Asimov evitó estos posibles problemas escribiendo su vida dos veces. En 1979 y 1980 publicó In Memory Yet Green y In Joy Still Felt, los dos primeros volúmenes de su autobiografía. Se trataba de dos libros gruesos que contaban la vida de Asimov con un lujo de detalles digno, quizás, de mejor causa. No eran malos libros, se leían con la facilidad de cualquier novela de Asimov, pero habían demasiados detalles y muy poca persona.
El volumen que publica ahora Ediciones B en España no es el esperado tercer volumen de su autobiografía, sino una obra completamente distinta. De hecho, parece uno de esos volúmenes recopilatorios de artículos que Asimov publicaba periódicamente. En 166 viñetas de longitud variable el autor Asimov deja paso a Asimov el hombre que puede hablar de sí mismo algo más. No estoy diciendo que no se hable de los libros de Asimov, eso sería imposible, sino que ahora conocemos las razones personales detrás de esos libros. Asistimos también a sus frustraciones, sus batallas perdidas, sus, pocos, esqueletos en el armario, sus libros fracasados (aunque supongo que seguiremos oyendo que cualquier libro con el nombre de Asimov en la portada vende bien). Podemos ver, en suma, lo que pasaba por la mente de Asimov cuando vivía su vida. El resultado final se lee con facilidad y se recuerda mucho mejor que sus anteriores intentos en autobiografía.
Supongo que la diferencia fundamental entre este libro y sus antecesores se debe a que durante la composición de Memorias (que Asimov quería titular The scenes of life pero que el editor americano decidió cambiar por el más comercial I, Asimov) se sabía condenado. No le quedaba mucho por vivir y quizás sentía una cierta necesidad de justificarse. Eso podría explicar la omnipresencia de la muerte en sus páginas: amigos, colegas, familiares... También puede que eso contribuya a que este sea un libro mucho más sincero. Leemos aquí sobre la relación con sus padres ("Mi padre" y "Mi madre"), nos sorprendemos ante la curiosa relación con su hijo ("David"), nos enteramos de sus infidelidades, del fracaso de su matrimonio, de sus ambiciones y de sus fracasos personales. Al lector de ciencia ficción le resultarán además interesantes los retratos de varios autores.
Ahora me toca hablar de la edición española. No he leído el original, pero supongo que la traducción es correcta (aunque creo que Rejection slips debería ser Notas de rechazo -p. 165-). La que no es correcta es la labor de quien haya corregido el libro. El sorprendido lector puede acabar preguntándose quién es Harlan Edison (P. 79) o Arthur G. Clarke (p. 351). También es interesante la bibliografía (y no sólo porque falten varias ediciones españolas de sus libros): el libro I, Asimov aparece como publicado por Ediciones B con el título de Yo, Asimov, pero si uno corre a la página del título del libro que tiene en la mano descubrirá que realmente se llama Memorias (o Isaac Asimov Memorias). Qué le vamos a hacer.