CONTENIDO LITERAL

("Crónicas de Thomas Covenant el incrédulo", artículo de Luis Pestarini. Derechos de autor 1985, Luis Pestarini)

Stephen R. Donaldson (1947) ganó el premio Campbell al mejor escrito novel en 1977 gracias a esta trilogía (1). Algo curioso si tenemos en cuenta que este premio muy raramente se otorga por obras de fantasía. Después de leer esta (primera) trilogía completa, lo único que podemos pensar es que la producción de los noveles de aquel año fue muy pobre.
Las Crónicas de Thomas Covenant el incrédulo poco aportan a la fantasía y mucho debe a clichés establecidos. Olvidémonos de papá Tolkien si no queremos destrozar a Donaldson y a su obra.
Thomas Covenant, el incrédulo, el leproso, el paria, se encuentra repentinamente en un mundo que no es el suyo. Pero en este mundo no es un hombre más, sino la reencarnación de Berek Mediamano, y deberá salvar a este paraíso de las garras del Amo execrable. Pero Covenant cree que todo esto es irreal y toma una actitud adusta. Se niega a utilizar su poder -aunque tampoco sabe como- para desequilibrar el combate. Cada uno de estos tres volúmenes es un nuevo viaje de Covenant a este reino: en el primero será invocado por el mismo Amo execrable para servir como mensajero y asistirá a la lucha con Lombrizderoca Babeante (todos los nombres están traducidos así, fieles a su sentido inglés); en el segundo le toca invocar a una Ama superior, Elena y casi no jugará Covenant ningún papel a lo largo de 600 páginas; en el tercero, por fin, se enfrentará al Amo execrable.
En realidad todo es bastante monocorde. El reino es un mundo sin nada que valga la pena destacar, donde se libra la consabida lucha maniqueísta: el bien de parte de los Amos superiores y el mal del otro lado, con el Amo execrable. Todo comienza cuando el Amo execrable obtiene un artilugio que le da poder como para romper el equilibrio y se lanza a la conquista. Muchas razas habitan este reino: están las armoniosas, bellas y fuertes y las nauseabundas, babosas y pestilentes. También hay mucha, pero mucha magia. Por momentos uno se pregunta porque no hace alguien un encantamiento haciendo desaparecer al otro bando.
Esto de por sí no es demasiado grave. Hay muchas obras de fantasía que utilizan estos elementos. Pero Donaldson abusa. Exagera, sobreabunda. Todas sus creaciones ya las hemos visto en algún otro lado. Salvo una. Y aquí está el punto más fuerte de estas 1.700 páginas: es Thomas Covenant. Antihéroe como no lo ha habido antes, leproso, amargado, culpable, sufrido; impotente para salvar del dolor a un pueblo que casi ama. Responsable de muertes y más muertes. Violador, luego comete incesto con su hija, casi sin darse cuenta. Acumula pecado sobre pecado, hasta que llega el dolor final, un dolor purificador, ritual, ennoblecedor. Y el Creador finalmente lo recompensa. Si esta obra fuera más interesante valdría la pena profundizar un poco más en esta lectura, pero no lo es.
Más allá de todo esto, estos tres volúmenes -que debemos considerarlos como una sola obra, porque así lo señaló el autor- tienen errores estructurales; el más evidente de ellos es el abandono de Covenant como personaje central a lo largo de casi todo el segundo volumen. En su reemplazo aparece otro habitante del mundo "real", Hile Troy, también un discapacitado: es ciego. Pero aún así dirigirá el ejercito de los Amos contra las hordas asesinas.
El manejo del lenguaje no alcanza el nivel que exige este tipo de obras. Es más bien chato y cuando afronta situaciones difíciles simplemente aburre.
En cuanto al ritmo, por momentos es arrollador, especialmente en el segundo y, sobre todo, en el tercer volumen. Este casi no da un respiro cuando describe las luchas y los preparativos para cada enfrentamiento.
Donaldson señalaba en un entrevista que Del Rey, el editor original, le hizo reducir en un veinte por ciento la cantidad de páginas de los manuscritos. Si la reducción hubiera sido de un 50 % hubiéramos tenido una obra la menos entretenida.
Pero aún no desesperen: hay otros tres volúmenes en puerta.


(1) Nota de Términus Trántor: el autor se refiere a los volúmenes La ruina del amo execrable, La guerra de Illearth y El poder que preserva.