CONTENIDO LITERAL

("2010: odisea dos", comentario de Luis M. Pestarini. Derechos de autor 1984, Luis M. Pestarini)

Clarke es uno de los monstruos sagrados de la CF (ya no tan sagrados). Como tal se le debe exigir más que a los demás. En el transcurso de sus cuarenta años como escritor de CF nos ha dejado un par de obras importantes, algunas menores de consideración y unas cuantas decepciones. Entre las primeras contamos El fin de la infancia y Cita con Rama y entre las últimas Regreso a Titán, En las profundidades, etc. 2001 fue -es- discutible, pero más que por su calidad porque no se adecua a la visión de la película. Los que vieron la película y luego leyeron el libro esperando encontrar a Kubrick en Clarke reaccionaron mal y se la agarraron con Clarke. 2001 no es una obra maestra, pero si una obra personal, con una interpretación propia de Clarke.
Han pasado muchos años y, después de muchas negativas, Clarke sucumbió bajo el peso de los dólares. El resultado es 2010: ODISEA DOS. Retoma la acción 9 años más tarde, con la preparación de una expedición que irá en busca de la nave Descubrimiento, en órbita alrededor de Júpiter. La expedición es realizada conjuntamente por rusos y yanquis, pero ¡oh, sorpresa! se les adelantan los chinos. Pero a estos les va muy mal en Europa, satélite de Júpiter. Entretanto, después de algunos contratiempos, la expedición arriba a la Descubrimiento. Activan a la computadora Hal e inician las investigaciones. Aquí podemos señalar como el comienzo de la segunda parte, con la aparición de Dave Bowman, -el protagonista de 2001- en escena, pero sin cuerpo: se dedica a pasearse por el sistema solar y a aparecerse en los televisores. Al final se aparece en la nave para advertir que se tienen que ir porque corren un grave peligro. Vuelven también nuestros viejos conocidos: los monolitos. No les cuento el final, porque seguramente la leerán igual, sólo les adelanto que es muy grandilocuente y poco grandioso.
En fin, Clarke responde muchos de los interrogantes de 2001 pero deja de lado el más importante: ¿Quiénes son los responsables de los monolitos? En la primera parte nos encontramos con el Clarke de siempre pero sin brillo: mucho oficio, sobriedad y ningún sentido del humor. La segunda destroza todos los méritos posibles de la primera: nos envía andanadas de datos científicos, como queriendo asegurarse en terreno resbaladizo. Es muy probable que el contenido científico del libro esté bien fundamentado, pero ¿es necesario explicarlo todo?
Clarke sigue creyendo, como lo demuestra en sus obras, que la humanidad es una especie de bebé galáctico y que una civilización superior nos está cuidando y que pronto vendrá en nuestra ayuda. Un tanto ingenuo. Tal vez alguna guerra atómica le haga cambiar de idea.
2010 es un libro mediocre, de un escritor que se está quedando (¿se quedó?) sin ideas. Se puede leer sin sufrir mucho pero es perder el tiempo. Tengo la impresión que en un par de años tendremos 2100: ODISEA TRES.