CONTENIDO LITERAL

("Malos y malditos", comentario de Armando Boix. Derechos de autor 1997, Armando Boix)

Como el Don Juan de Zorrilla, que se preciaba de subir a los palacios y bajar a las cabañas, Fernando Savater -sin dejar memoria amarga- ha sido capaz de ocuparse igualmente de los más arduos problemas de la filosofía como de aquella literatura que algunos calificarían de "evasión intrascendente".
Sin complejos, nada le detiene al reconocer su gusto por las historias de Conan, Tarzán o los pistoleros del Far-West, y a esa literatura había dedicado dos volúmenes, La infancia recuperada (1976), libro de cabecera para todo buen amante de la novela de aventuras, y Criaturas del aire (1979), colección de monólogos en los que treinta personajes de ficción, como Fu-Manchú, Drácula, Sherlock Holmes o Pimpinela Escarlata, se justifican ante el lector. A ese díptico añade ahora Savater una nueva entrega, Malos y malditos, donde se ocupa de aquellos que a menudo constituyen la verdadera sal de toda narración de aventuras: los villanos.
Más que de un sesudo análisis, se trata de una evocación llena de entusiasmo de un apasionado de la literatura para otros apasionados como él, o para invitar a aquellos que no los conocen a descubrir los misterios y maravillas ocultos tras la tapa de un libro. Malos y malditos, está escrito para un público juvenil, en un tono directo, coloquial, no exento de voluntad didáctica, aunque resulta una lectura encantadora que a ningún adulto puede molestar.
Una vez más Savater consigue en este libro crear una verdadera incitación a la lectura. Esperamos no caiga en saco roto en este mundo de videojuegos, telefilmes y liga de las estrellas.