CONTENIDO LITERAL

("A cabeza descalza", comentario de Ángel Mario Imwinkelried. Derechos de autor 1983, Ángel Mario Imwinkelried)

Con este texto vanguardista, Aldiss muestra cómo se desmoronan las sociedades tras el hipotético bombardeo de psicoquímicos (alucinógenos), que caen en forma de lluvia sobre las ciudades más importantes del orbe. Recrea un mundo donde la realidad ha mutado en un conjunto de ímágenes-sensaciones psicodélico-caóticas, fluyendo vertiginosamente en una mezcla de confusiones.
A través de la prescindencia de las estructuras sintáctico discursivas abre nuevos caminos, crea un nuevo medio de expresión poética.
Por momentos es concretista, prescindiendo de la frase, utilizando palabras desarticuladas, desafiando al lector a encontrar los nexos; conmoviendo todos sus sentidos de un solo golpe, con el efecto sinestésico naciente del espacio gráfico adoptado como unidad estructural.
Por momentos es objetivista, reduciendo la realidad psicológica a una serie de comportamientos donde las aptitudes y los movimientos son tan importantes como las palabras mismas. Entonces el cinemato-grafismo surge con tanta fuerza que la trama misma se transforma en una película (aquí siento que homenajea en cierto modo a Alain Robbe-Grillet a través de los personajes, nombrados simplemente por una inicial, descritos desde fuera, mostrados no en sus sentimientos o pensamientos sino, objetivamente, en sus actos.
Aldiss logra a través de una maraña de juegos de palabras compuestas, que me pierda en sus páginas empujándome a través de la línea argumental a ese universo alucinado, como un flipado más, siguiendo al Santo Colin Charteris, entre rebaños místicos, mutilaciones producidas en los múltiples choques de las autopistas y visiones descolgadas de la coordenada temporal.
El libro en sí es un desafío, pues en cada frase (desprovista del lenguaje habitual y los signos habituales) se ocultan las claves que provocarán las respuestas que nuestros propios sentidos generen. Tal vez cada uno encuentre sus propias soluciones, independientes o totalmente ajenas a las que el mismo autor imaginara, pero eso es parte del juego.