CONTENIDO LITERAL

("Gran defecto [el]", comentario de Héctor Ramos. Derechos de autor 1995, Gigamesh)

Con El gran defecto, de José Cuervo Álvarez, termino de referir acercamientos a la informática desde la literatura. Pero esta vez la aproximación ha sido tan ciega que no se ha salido de ahí. En torno a una ciencia puede edificarse una trama de ficción, aunque se corre el peligro de embarullarla hasta el punto de aburrir. José Cuervo ha construido su narración a base de enriquecer los pasajes técnicos con explicaciones poco gratificantes para un lector que siempre busca vida en lo que lee, como es el lector de cf. Esto provoca un estatismo en su estilo que lo aleja del logro de las buenas obras sobre informática-ficción, que no es otro que el de superar la quietud del mundo de los ordenadores con descripciones brillantes de incursiones en el ciberespacio o con tramas de intrigas paralelas.
A finales del siglo XXI, las grandes compañías de generación de proteínas artificiales controlan el mercado de alimentación. Un misterioso personaje consigue ser contratado como almacenador de carne en la "Fish and Meat Corporation". Sus objetivos comenzarán a ser desvelados progresivamente, así como las interioridades de la fabricación de nutrientes. Con este planteamiento, las sospechas se disparan, pero tengo que decir que la verdad debe más al cómic Flesh que a la novela en que todos estamos pensando. A la carencia de soltura que se aplica a este argumento se une la escasa preocupación por el lenguaje del autor, que le lleva a cometer fallos como repeticiones de palabras cercanas o combinación de términos de diferente estilo. Por otro lado, existen desconcertantes coincidencias del tipo que irritan por su importancia en el desenlace, cuando en ese aspecto todo escritor que se precie debe ser sumamente cuidadoso.