CONTENIDO LITERAL

("Compradores de tiempo", comentario de Pedro Jorge Romero. Derechos de autor 1995, Pedro Jorge Romero)

Toda tu fortuna (siempre que supere el millón de libras) es el precio que debes pagar por la inmortalidad; bueno, más bien por diez años extras de vida. Ese arreglo, establecido por la fundación Stileman (que controla el monopolio de la inmortalidad), ha creado un grupo de unos pocos miles de inmortales que son capaces de rehacer su fortuna cada diez años. Dallas Barr es uno de ellos, pero siempre se ha mantenido alejado de los demás, hasta que la posibilidad de una extraña enfermedad que mata inmortales le atrae de nuevo al grupo y le coloca en el centro de una trama de asesinatos e intrigas políticas.
Hay que reconocer que Joe Haldeman ha conseguido algo que parecía difícil: insuflar vida al tema de los inmortales. Parecía que todo estaba dicho, pero en esta novela no sólo ha conseguido revitalizar el tema, sino además, crear una sociedad futura perfectamente extrapolable de la nuestra, perfectamente creíble, extraña y donde la inmortalidad es uno de sus elementos dominantes pero no el único ni el más importante. Pocos escritores de ciencia ficción se entretienen tanto en dar forma precisa a sus futuros, y uno de los placeres de leer este libro es ir descubriendo, poco a poco, lo coherente del mundo descrito.
Y en cuanto al tema de la inmortalidad, la idea de tener unos inmortales no demasiado inmortales y que deben adquirir sus años de vida, en una estricta base de oferta y demanda, dota a los personajes de un encanto singular. Todos ellos son personas que pueden valerse por sí mismas y que saben moverse por el mundo (¿cómo si no podrían reunir una fortuna cada diez años?). Eso da gran credibilidad a las situaciones arriesgadas que aparecen en la novela. No se trata de una persona normal enfrentada a situaciones nuevas, porque Dallas y María (la coprotagonista) están bien lejos de ser normales.
Otro de los elementos destacables de esta obra es el uso que hace de los narradores. Hay dos protagonistas (Dallas y María) y la tarea de contar la acción recae alternativamente en uno y otro (y en un tercer narrador en tercera persona). Este recurso, que parece arbitrario queda justificado al final.
Compradores de tiempo es un thriller de ciencia ficción sólidamente construido alrededor de una rigurosa especulación. Altamente recomendado.