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CONTENIDO LITERAL
("Juegos capitalistas", artículo de Miquel Barceló. Derechos de autor 1995, Miquel Barceló)
Esta "pisada" surge tras saber que se iban a editar y comercializar en español las cartas de ese juego, Magic the gathering, que tanto éxito ha obtenido en los últimos años. Deseo que quede bien claro que auguro y deseo a los editores españoles de Magic, beneficios incluso superiores a los obtenidos hasta hoy por el importador exclusivo del juego; pero ello no impide que, tras haber analizado y estudiado Magic, no logre superar mi perplejidad ante él. Por ello escribo estas reflexiones.
Ya que no es demasiado conocida mi afición por ciertos juegos, debo exponer antes mi lejano pedigrí en este tema. Desde hace ya muchos años, practico, entre otros, el ajedrez, el bridge, el go y los juegos de simulación estratégica. Por ello me interesaron mucho los artículos que sobre el juego de rol publicara John Ford en el Isaac Asimov Science Fiction Magazine ("On tabletop universes" [abril 1979] y "On evenings beyond the fields we know" [julio 1979]). Adquirí mi primer Traveller en la edición norteamericana de 1977 (la pequeña caja negra tamaño cuartilla), y mi primer Dungeon & Dragons en la edición de enero de 1981. Tal y como recomendaba Ford, me suscribí durante unos años a The dragon de TSR y también S&T, de la misma editorial. Todo ello ocurrió a principios de los ochenta, hace ya la friolera de unos quince años...
Posteriormente he ido siguiendo, con un cierto distanciamiento todo hay que decirlo, la fiebre del rol en España y el éxito económico de sus importadores. He asistido, como jugador o espectador a diversas partidas de todo tipo: desde Battletech a Warhammer, pasando por Paranoia y Toons. Debo reconocer que dispongo, aunque me éste mal el decirlo, de un cierto conocimiento sobre este tipo de juegos; aunque, para mi pesar, los días siguen teniendo sólo veinticuatro horas y no puedo jugar tanto como quisiera. Pero, afortunadamente en los últimos años, mi hijo insiste en que dirija partidas de todo tipo, desde Heroquest a Star Wars sin olvidar El príncipe Valiente o El señor de los anillos... No todo está perdido.
Atestiguada ya mi afición (que no profesionalización) a los juegos de rol, puedo empezar con mi razonamiento.
Uno de los rasgos que más me han interesado en los juegos de rol (ya sean de fantasía o ciencia ficción) es el hecho de que se trata de juegos sin ganadores ni perdedores explícitos. Los jugadores no se enfrentan unos a otros, más bien deben trabajar al unísono para lograr finalizar con bien su aventura. Pueden fallar, pero lo hacen en equipo. No hay, en realidad, ni ganador ni perdedor. Es un tipo de juego que, al tiempo que divierte y estimula la imaginación, enseña también un comportamiento solidario. Algo que, personalmente, me parece un hallazgo en el competitivo mundo capitalista en que vivimos.
Pero Magic vuelve a ser un juego de competición, un enfrentamiento directo entre dos jugadores. Un enfrentamiento que se salda con victoria y derrota y, según las reglas, con un pago que sanciona el resultado final. El perdedor debe entregar una carta de su mazo a su contrincante.
Bueno, eso no es malo en sí. Muchos juegos suponen el enfrentamiento de dos o más competidores. Pero en esos casos lo habitual es que los jugadores inicien el juego en igualdad de condiciones. Cierto que, por ejemplo, en una partida de ajedrez quien lleva las blancas dispone de un plus de iniciativa. Para compensarlo, en un torneo se deberá jugar alternativamente con blancas y con negras. Con ello se pretende, simplemente, restablecer la necesaria igualdad de posibilidades para ambos contendientes.
Y así ocurre con la mayoría de juegos que me pueden interesar. Si no son ejercicios de aventuras solidarias como los buenos juegos de rol, al menos que haya igualdad entre los jugadores y que pueda ganar el mejor. La única diferencia que suele aceptarse es la del azar, pero cualquier otra diferencia es, me parece a mí, una corrupción de las reglas del fair play, de una "igualdad de oportunidades" exigible incluso en el juego.
Si esa igualdad de oportunidades no se da, me parece algo ridículo participar en un juego. Me parece lógico exigir que, si hay que ganar o perder, eso sea fruto del azar o de la habilidad de los jugadores. No de otros elementos ajenos.
Magic es, a mi entender, el paradigma de un juego desequilibrado y, si se me permite decirlo, incluso indecente. Existe el azar (las cartas deben barajarse), pero no la igualdad de partida: el jugador que posea el mejor mazo de cartas, si dispone de unos mínimos conocimientos del juego y una mínima habilidad, acabará ganando. Personalmente no veo qué razones puede haber para que una persona inteligente acepte jugar a un juego desequilibrado y que puede llevar, desde su inicio, el sello del ganador.
Por eso, Magic y los juegos de su tipo son el mejor paradigma de lo que he etiquetado como "juegos capitalistas". A igualdad de conocimiento del juego, inteligencia y habilidad, el jugador que dispone de más dinero para invertir en la adquisición de cartas, acabará ganando. Dispondrá de un mazo de cartas con mejores posibilidades de ser explotadas y usadas. Cierto que algunas veces el azar puede retrasar la puesta en marcha del poder de sus cartas pero, según nos dice la estadística, en la abrumadora mayoría de las veces acabará ganando.
Y, aunque pueda ser muy divertido jugar a Magic, se trata, en el fondo, de lo que podíamos llamar una "trampa para bobos". Pero una trampa que no es inocente. Alguien obtiene grandes ventajas de la misma estructura del juego: su fabricante, su distribuidor y sus vendedores. Aquellos que, capitaneados por su inventor Richard Garfield, obtienen beneficios de la venta de las cartas. No es de extrañar que existan los mazos standard, los booster pack y toda esas de cartas secretas, escasas e incluso "únicas" que se venden a precios cada vez superiores. Conozco jugadores de Magic que disponen de carpetas con más de medio millar de cartas. Su dinero les ha costado... Y todo para montar un mazo de cuarenta cartas con el que vencer, casi siempre, a un oponente que, ¡inocente!, cree que puede ganar.
Comprendo que Magic resulta de transporte fácil, ameno al jugar e interesante. Pero hay otros juegos de fantasía con estructura más "limpia" y con un devenir menos sesgado.
Lo lamento por esos que hacen tanto negocio con Magic. Pero conmigo no pueden contar. Dispongo de más de un centenar de cartas, suficientes para montar dos mazos más o menos equilibrados y jugar una divertida partida en familia. Pero no voy a entrar en la dinámica de hacer millonarios a unos capitalistas, para obtener unas pocas cartas adicionales que me aseguren ganar la partida cuando esas cartas entren en juego.
Para mí jugar es una actividad lúdica, o depredadora. Y si no se puede practicar la solidaridad y se ha de poder ganar, me gusta saber que el contrario podía haberme vencido y no era una simple presa de mi mazo bien acondicionado gracias a una inversión económica. Mal que les pese a quienes hacen negocio con ello.
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