Estoy de estreno. Es mi primer editorial como coeditor de esta revista y quieren que diga cosas importantes. Me lo ponen difícil. Sin embargo, no es casual que me haya integrado en Interface Grupo Editor: responde a un deseo de crecimiento por parte del grupo que, por extensión, es extrapolable al momento actual del genero en España.
Y, hablando de momentos, este posee un perfil diferenciado en comparación con otros momentos similares del pasado. Parece que, como en otras épocas, la literatura de ficción en España esté tocando techo. Pero a diferencia de entonces, hoy existen elementos que pueden ayudar a superar ese techo. Es cuestión de romper la inercia aplicando la fuerza apropiada. Tenemos los elementos necesarios al alcance.
Jamás ha habido un núcleo de autores tan numeroso y con la calidad media de los actuales. Escritores preocupados por las formas, el método, la sintaxis. Jóvenes promesas con nuevas ideas y autores del momento con mucho que contar por delante.
Jamás ha habido colecciones de la calidad de las actuales, con buenas presentaciones y buenas obras, con una distribución al alcance de cualquier lector. Además, añadamos la iniciativa de los aficionados, y señalemos las revistas y colecciones producidas por ellos, con una buena calidad media y una cierta aproximación al profesionalismo, sobre todo en el intento de mejorar calidad de textos, presentación y periodicidad.
Jamás ha habido tantos lectores. Ciertas cifras mencionadas por editores, las de las revistas y otras hacen pensar que el número de lectores a los que es capaz de aportar algo la ciencia ficción y la fantasía ha crecido. Además, la estética del género inunda otros medios –televisión, cine, cómic– haciéndolo más asequible al publico.
Estas serían las fuerzas capaces de romper la inercia.
Si, es cierto que los autores están empezando a tener excedentes de producción y no son tantas las editoriales o revistas donde colocarlos. Es cierto también que las editoriales tienen pocos proyectos de crecimiento para el futuro, y se empieza a ver el cansancio o la desaparición en las revistas. E incluso podemos decir que los lectores tampoco son lectores tan fieles como los de antaño, no se lo compran todo, no lo leen todo...
Es la inercia. La inercia cíclica que tira del genero hacia atrás otra vez.
Debemos empezar a ser serios y consecuentes. De nada sirven las expectativas que han creado los últimos años si no estamos dispuestos a valorar lo que hay de bueno por encima de todo aquello que no ha salido bien. Si los autores no creen en sus textos y luchan por su difusión, si los editores no rentabilizan sus colecciones en lugar de dejarlas simplemente sobrevivir, y si los lectores no empiezan a definir, con su demanda, las nuevas tendencias, habrá ganado la inercia.
Por eso Interface añade una fuerza más a su grupo editor. Intentamos romper la inercia.
También este estreno me sirve para comentarles que, con este número, iniciamos las celebraciones del número 50 de BEM y lo empezamos ahora, con el ejemplar que llevamos al congreso de Cádiz. No es que queramos adelantarnos, es que tenemos mucho material y no cabría en el especial que estamos preparando. Además, pensamos que llegar al número 50 es importante y hay que celebrarlo por todo lo alto, esperamos que todos nuestros lectores lo celebren con nosotros. Para empezar y gracias a un acuerdo entre IGE y Andrés Rodrigo Moya, este número tiene portada color (realizada por el mismo Andrés), y contiene las Memorias de la HispaCón de Burjassot, con lo que este BEM se acerca a las doscientas páginas (al mismo precio de portada), un esfuerzo de trabajo y económico considerable por ambas partes, pero es que no queremos dejar pasar estas fechas tan significativas. También incluimos calentito, el relato ganador del premio Hugo (hace apenas unas semanas que se concedió en Glasgow) y premio Locus de este año 1995, "No hay mayor ciego (none so blind)" de Joe Haldeman. Esperamos que lo disfruten.