COMENTARIOS APARECIDOS SOBRE ESTE VOLUMEN

(Comentario de Jaime Rosal del Castillo publicado en el volumen Nueva dimensión 80, ediciones Dronte, colección Revista, número 80, edición de 1976. Derechos de autor 1976, Jaime Rosal del Castillo.)
Esta novela, cuya aparición en Starling Stories en 1952 causó verdadera indignación entre el sector reaccionario de los aficionados norteamericanos, debido a su contenido erótico inadmisible en aquellos días, aparece nuevamente editada en castellano en versión original sin expurgar (la primera edición de esta novela en nuestro país fue llevada a cabo por Ediciones Vértice de Barcelona en 1967, pero por motivos de censura fue notablemente tergiversada). Para muchos esta obra no deja de ser un buen ejemplo de lo que se ha dado en llamar SF erótica. Sin embargo, un análisis más profundo de la misma nos muestra que Farmer, cuya inquietud en cuestiones religiosas es de todos conocida, ha pretendido a través de este texto hacer un análisis de las tradiciones hebreas sirviéndose del instrumento de extrapolación que es la SF. El Talmud de occidente, libro escrito por el líder religioso Isaac Sigmen, mencionado en múltiples ocasiones en esta novela, es una versión del Talmud clásico hebreo, texto que recoge una serie de interpretaciones rabínicas sobre la ley mosaica. La sociedad en la que vive Hal Yarrow -protagonista de la obra- es una clara parodia del puritanismo judeocristiano llevado a un extremo desorbitado. Yarrow es víctima de la más contundente represión sexual, impuesta por las normas de Sigmen el precursor. Así, cuando Sandalphon Macnief le propone abandonar la Tierra, Yarrow no duda en embarcarse en la astronave Gabriel para dirigirse a Ozagen. Subrayaré que el nombre de Sandalphon, según la cabala hebrea, es el que recibe el espíritu de las tinieblas opuesto a Metratón o espíritu de la luz. Farmer, al dar ese nombre a uno de los superiores de Yarrow, emplea la simbología cabalística para designar lo que representa el inglestado, es decir la falta de libertad de los súbditos, sometidos por el terror religioso. Cuando Yarrow desembarca en Ozagen conocerá a Jannette, de la que descubriremos al final de la obra que se trata de un parásito, una lalitha. (Lalitha, Lilith, nombre tomado del Zohar, uno de los textos más reputados de la cabala hebrea, para designar al espíritu infernal que tentó a nuestro padre Adán). Jannette, la lalitha amante de Yarrow no conoce el sentido del pecado, manifestándose así opuesta a Mary, la esposa del protagonista, en la que advertimos los atributos de nuestra madre Eva. Los hebreos combinaron las prostituciones sagradas caldeas con los misterios griegos de Dionisos, haciéndolos converger como los vicios aborrecibles de Lilith. Así no es de extrañar que la Jannette de Farmer se entregue a la bebida, prohibida para los seguidores de Isaac Sigmen, y a lo que estos consideran prostitución. Jannette simboliza un espíritu del mal según la moral puritana de Isaac Sigmen. Su origen no humano, al igual que el de la Lilith hebraica, resultará una abominación para los súbditos del inglestado. Yarrow (Adán) y Jannette (Lilith) tendrán descendencia, una criaturas a la imagen del padre, iguales que las que según la tradición cabalística engendrará Adán. Los descendientes de la pareja serán considerados como en el Zohar, íncubos y súcubos. El extraño método de concepción fotoginética de Jannette refuerza esta hipótesis cabalística, pues los hijos engendrados poseen "la imagen del padre" y el simbolismo hebraico se hace aquí patente una vez más. La novela está plagada de pequeñas alusiones a la cabala. Los archiurelitas, portadores de la lamed, gobernantes del inglestado, llevan barba y se visten como los judíos ortodoxos. El cuarto de baño es considerado como un lugar "abominable". Los espejos se oscurecen, pues el Zohar clásico recomienda no mirarse demasiado al espejo. Creo, en suma, que se impondría un estudio detallado de todos estos simbolismos, para el que deberíamos recurrir a un profundo conocedor de las tradiciones judaicas. Por lo demás, hablas de Los amantes supone considerar esta novela como un punto de partida que Farmer ha desarrollado profusamente a posteriori, y con esto me refiero a sus novelas de puro erotismo ficción, de las que lamentablemente nos veremos privados quien sabe hasta cuando mientras no cambien los esquemas mentales de aquellos que ostentan el monopolio de la kultura ofissial.